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Diálogos cruzados I

Los grupos de WhatsApp son la nueva línea de auto ayuda. Se trafican memes, videos, fake news, real news, news que no tienen nada que ver con el Coronavirus y sin embargo le encuentran la vuelta para que se crucen, etc. Twitter recuperó su trono. Instagram está chocho porque una vez más se declara el más popu del grupo. Algunxs decidieron que era su momento para convertirse en pseudo influencers. El capitalismo se está dando alta panzada. Y lo goza. Nos mira fijo, se frota las manos y rodea la línea que dibuja su boca con la punta de la lengua. Que sabrosxs que somos. Y no estoy hablando de las pymes, que una vez más acudieron a su ingenio para ver la forma de salir adelante. Ya saben de quienes hablo. Salió nuestro lado más atroz, cómo el pastor que vendía alcohol en gel por $1000 a sus fieles (todavía de no creer), pero también salió el lado más humano, como lxs que armaron fiestas improvisadas en sus balcones para acompañar a lxs vecinxs, o mi mamá que juega todos los días vía WhatsApp con su nieto, dándole todo su amor aunque sea a través de la pantalla. Somos privilegiadxs, todxs lxs que estamos acá. Intentamos reconfortarnos diciendo que este va a ser el momento ideal para retomar la lectura, la serie de Netflix que dejamos colgada, hacer feng shui, aprender a leer mentes, y la lista sigue y sigue. Yo no sé bien dónde estoy parada. Sólo sé que, una vez más, las palabras siempre llegan para reconfortar. Nunca duden del poder que tienen. 

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